«Las películas y documentales en defensa de los animales representan una nueva forma de activismo y mejoran la manera de educar a las personas», así lo afirmó el reconocido activista internacional y protagonista del documental The Cove, Rick O’Barry, durante el taller «El Cine como medio de activismo».
La conferencia, que se llevó a cabo el pasado domingo 14, formó parte de las actividades de la IV Muestra de Cine Medioambiental Dominicana, organizada por la Global Foundation for Democracy and Development (GFDD) y su institución hermana la Fundación Global Democracia y Desarrollo (Funglode).
El activista ambiental dijo que con la realización de documentales y películas sobre temas ambientales y en defensa de los animales en la actualidad, las personas están más informadas sobre las problemáticas que surgen en este mundo. Citó como ejemplo las entrevistas que le son realizadas por periodistas. “En el pasado a los periodistas había que contarles el problema, pero ahora ellos van a la entrevista con una base sobre el problema y preguntan sobre las posibles soluciones».
El creador de Dolphin Project (www.dolphinproject.org) exhortó a los jóvenes cineastas interesados en el medioambiente a «usar el medio para crear conciencia».
Por su parte Alisson Argo, destacada directora de cine ambiental quien también participó en el panel de discusión, habló de sus inicios en este tipo de producción. «Pasé de ser una actriz de Broadway a una productora de cine en defensa de los animales, luego de conocer la situación difícil en que vivía un gorila, e hice mi primer filme».
La ganadora de seis premios Emmy aseguró que las películas en defensa de los animales «sí hacen la diferencia», pues muchas personas conocen la situación en las que viven estos seres vivos y pueden ayudar a mejorar su situación. Argo dijo que a la hora de realizar un documental debes «contar la historia, mostrar los hechos y dejar que las personas saquen sus propias conclusiones».
Mientras Stefanie Brendl, coproductora de Extinction Soup, sostuvo que las películas son herramientas poderosas para lograr cambiar leyes e impactar a la población.
Brendl citó como ejemplo el filme que codirigió, con el cual se pudo lograr que se eliminara el intercambio de aletas de tiburón en Hawái y se cambió la percepción negativa que tienen las personas sobre este animal.
La activista ambiental recomendó a los jóvenes cineastas que quieren incursionar en el cine ambiental «ser bien honestos, rodearse de expertos en el tema en el cual quieren realizar su película y crear una emoción humana para lograr que al público le interese lo que está pasando».